“Un tiempo sin memoria en el ‘Ulises’ de Joyce”

Algo tiene el Ulises de Joyce entre conjuro narrativo e indagación filosófica que seduce al estudioso más allá de lo puramente literario. En su proceloso mar nos zambullimos para leer páginas plagadas de escollos, Escilas y Caribdis que excitan nuestro deseo de aventura, que anonadan nuestra imaginación con sus pasajes perturbadores. ¿Duerme acaso entre sus páginas la flor de loto que abochorna la memoria?
Para los habitantes de Lotófagos en la Odisea de Homero así era. Para su protagonista, Leopold Bloom, quién sabe…
Publicado en la revista de nueva literatura, Clarín, “Un tiempo sin memoria en el Ulises de Joyce” intenta definir y acotar un concepto tan inasible como la memoria en el Ulises. Tan fugaz como las vidas que recrea, tan pertinaz como el volumen joyceano, tan concentrado como el 16 de junio de 1904, el día narrado en la novela.

El intento de interpretación vuelve a mostrarnos flecos deshilachados que merecen estudio y clarividencia, de modo que el ciclo de las posibles interpretaciones se retroalimenta nuevamente. Es como si cada década, desde hace casi cien años, añadiera a la obra magna del irlandés nuevas significaciones, perspectivas insospechadas, vislumbres de genialidad que abrazan su anhelo de obra total.
Portentosa cualidad que Joyce convirtió en hechizo. Nihil obstat.