Nadie querría ser la madrastra de Blancanieves, por más hermosa que fuera, y a pesar de su espejo mágico. Tampoco sería cuestión de transformarse en la joven del cutis de nieve, su hijastra. ¿Quién sabe? Tal vez sucumbiéramos a los ardides maléficos de la madrastra mucho antes que ella.
La imagen de la joven y bella Blancanieves y su malvada madrastra forman parte del imaginario occidental, engrosan el bagaje cultural de nuestra tradición, como mínimo desde Walt Disney. Aunque yo creo que a estas alturas los occidentales no debemos ser los únicos “tocados” por el mito, ya que con la globalización seguro que el cuento de Blancanieves y los siete enanitos ha llegado hasta el rincón más apartado del lejano Oriente o incluso a la sabana africana.
Después de este preámbulo sobre bellas y madrastras, escorado hacia Walt Disney y su inevitable globalización, voy a centrarme. De lo que realmente yo quiero hablar es del término “madrastra”, que desde mucho tiempo ha engrosa el inagotable repertorio de insultos del español. Los valores connotativos -peyorativos- que la palabra ha venido arrastrando a lo largo de muchos años lo han “manchado” de tal manera que su uso figurado prácticamente se sobrepone a su significado literal. Connotación versus denotación. Una vieja batalla que siempre se resuelve con el uso de eufemismos. Pero no adelantemos acontecimientos. Seguir leyendo La madrastra de Blancanieves
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El riesgo léxico de “vivir en pareja”
Quisiera encontrar la palabra justa en el momento preciso. Y sin pretensión de ser poética. No van por ahí los tiros.
Puede que sea falta de pericia verbal, torpeza o como queramos llamarlo. ¿Tal vez un lapsus linguae? ¿Quién no ha sufrido unos de esos latinajos varios centenares de veces en su vida?
El caso es que a veces, a la hora de nombrar determinados hechos o personas concretas titubeo, me tiembla el labio o incluso tartamudeo en busca del vocablo idóneo.
Descarto que padezca algún trastorno del habla y me quedo con la sensación de que el español –al menos el de España− es insuficiente para lo que quiero expresar en ese momento. Noto que el idioma se me ha quedado desfasado. Seguir leyendo El riesgo léxico de “vivir en pareja”