Efímera: f. Insecto de unos dos centímetros de largo, de color ceniciento, con manchas oscuras en las alas y tres cerdas en la parte posterior del cuerpo, que habita en las orillas del agua y apenas vive un día.
Alma creció creyendo que llegaría a los treinta y ocho y que justo después moriría sin más, que se desintegraría como un cometa en contacto con la atmósfera. Fantaseaba con una muerte cruel y sanguinaria que, sin embargo, la aterrorizaba. Un duermevela silencioso que la apagara lentamente con suavidad le parecía mucho más apetecible. Poco probable, sin embargo.
Ya desde niña la vida se le hacía demasiado larga, demasiado aburrida, demasiado intolerable. Creía que la caducidad de los sentimientos, sus vaivenes, el abandono se debían a su propia naturaleza efímera y, por eso mismo, le parecía absurda la pretensión de prolongar lo que en justicia estaba predestinado a desaparecer, y así debía ser.
Ella no lo sabía entonces, pero rara vez lo que proyectamos se cumple tal y como lo habíamos soñado. Como en una maldición, solo la muerte tiene garantías de éxito al cien por cien. Y su llegada no es negociable.
(Fragmento inicial de la novela inédita BCN la jaula de Dolors Fernández Guerrero)