Sobre las formas narrativa breves versa este artículo aparecido el 25 de junio en la revista digital Pliego Suelto. En la era de la imagen, las short stories y las píldoras informativas (a menudo tan enfáticas como desinformativas), el microrrelato se abre paso entre el público lector.
Estos textos mínimos, inteligentes, altamente significativos, sabedores –como en música– del poder de los silencios, seducen por su manera de alumbrar, sorprender, emocionar, divertir y auspiciar nuevas perspectivas literarias con las que enfrentarse a un mundo en crisis.