13. Una mirada de reconocimiento
Desiré abrió por fin los ojos y de pronto la avalancha de luz que la cegaba quedó eclipsada. Se encontró frente a una figura oscura. No distinguió sus facciones, pero sin lugar a dudas parecía un rostro. Al percatarse de que la mujer le estudiaba, el auxiliar se apartó, azorado. No debería estar ahí. Las instrucciones eran claras al respecto. Debía abandonar el cubículo antes de que la paciente despertara. Apresuradamente dio por concluido el protocolo y se dispuso a salir con el instrumental médico.
-¡Espera, no te vayas! –rogó la mujer al auxiliar, al ver que este tenía intención de marcharse. Se sentía asustada, aunque todavía no hubiera tomado plena conciencia de lo que ocurría. Necesitaba hablar con alguien. Quiso incorporase pero no pudo. Se dio cuenta de que alguien la había inmovilizado. Entonces sintió que el terror le recorría la espina dorsal. Seguir leyendo Halogramas: “Una mirada de reconocimiento”