21. Una nueva apuesta
-Parece claro que ganaré yo la partida, Artífice Supremo.
-Todavía no está decidido.
-Pues el Patriarca se acaba de saltar sus propias normas. Antes era mucho más inflexible que ahora.
-Es cierto –aseveró por fin el Artífice Supremo. Su boca emitía intermitentes haces de luz blanca-. Desde el principio creíste que renunciaría, derrotado por la soledad.
-Los humanos son seres gregarios, no lo olvides, Artífice Supremo.
-Pero ha soportado mucho, ha resistido largo tiempo, más de lo que tú imaginabas –agregó la máxima autoridad entre los Iluminadores. Las evidencias eran irrefutables−. Además, lo de sustituir a los humanos por simios fue idea suya. ¿Lo recuerdas? Solucionó el problema de los motines. ¡Admirable! Ha aplicado lo mejor de su ciencia con un increíble sentido práctico, siendo humano. ¡Y fíjate lo que ha conseguido! La Nave funciona. Es una máquina imparable. –Al llegar a este punto se detuvo. Parecía reflexionar.− ¿Has valorado que nunca le ha temblado el pulso al ejecutar a sus congéneres? Ni siquiera cuando se le ordenó procesarlos como alimento… Ni una sola muestra de insubordinación en todos estos años. Seguir leyendo Halogramas: “Una nueva apuesta”