Archivo de la categoría: Sonetos

Mi casa sosegada

Quisiera yo mi casa sosegada,
aroma de limón, jazmín y olivo,
rumor que en la caricia enamorada
aviva la pasión de un dios altivo.

Se agrietan, sin embargo, las paredes
que ensamblan los cimientos y las salas,
pues ángeles de fuego lanzan redes
y atizan las hogueras con sus alas.

El humo que se esparce impuro vierte
mandrágora de sueños con usura.
Se empañan las miradas, ya se advierte

que pronto ha de llegar la hora oscura.
Decidme: ¿qué he de hacer con quien convierte
mi casa sosegada en su locura?

 

Dolors Fernández Guerrero

Amor gótico

Reviven las coronas de los muertos,
regadas por la escarcha que reclama
raíces, ramas, pétalos no yertos,
esquejes de ese nicho que aún ama.

La ausencia no es lo mismo que el olvido,
se aferra a la añoranza con ahínco,
ofrece siempre un norte al dolorido
amante, lo aproxima con un brinco.

Maldito sea el infame que así entierra
amor, pasión y toda su grandeza
con látigo censor, dientes de sierra,

obviando que no existe más certeza
que el fruto enamorado de la tierra
abono eterno, flor de su belleza.

Dolors Fernández Guerrero



Contradicción

Si dices que me amas, desafías
aleve las costuras de mi alma,
destruyes convicciones y porfías,
recortas los contornos de mi calma.

Si niegas que tu voz arde en mi oído
desangras mi mañana para nada
robándole a las noches su sonido,
soñando tu verdad, que es una espada.

En busca de tus besos sin remedio
abdico entre los labios del abismo,
rendida ante tus ojos y su asedio.

Ni el cáliz de la sed ni este exorcismo
podrán ya regresar al punto medio:
amor y desamor son hoy lo mismo.

Dolors Fernández Guerrero

Rosa negra

La rosa negra de mi desvarío
atiende tu llamada y se deshoja,
decide que no es libre su albedrío,
se vuelve oscuridad y se le antoja

que solo vuela el pájaro radiante
venciendo con su canto la tristeza,
que solo corre el agua galopante
saltando entre las rocas con fiereza.

Gorjeo del jardín anochecido,
aroma que embalsama la memoria,
mi flor de luto, tú, sin el vestido

que alfombra los senderos de mi historia,
renace en tu furor enaltecido
y cubre con rubor la esquiva gloria.

A ese tigre

A ese tigre rayado de espino,
−eléctrico temblor en cada abrazo−
regalo sin aliento mi regazo,
pasión quebrada en el cristal del vino.

Y sé que me disuelvo en un retazo
inútil de su piel donde adivino
su voz, geometría sin destino,
triángulo armado en un pedazo.

Ser náufrago en un tiempo sin fluido,
viajar con este tigre que delata
el ansia mientras roe al vencido,

robarle al silencio el tiempo perdido,
nadar y perder la ropa que ata
el loco desamor a su rugido.

Dolors Fernández Guerrero

Amado desamor

Del amor no tolero el desamor
de aquel al que absurdamente amo,
por más que me agasaje sin temor
con los ojos enturbiados del gamo.

No confundir la voz de su reclamo
con la vana hojarasca y su rumor
evita que me arrodille en su páramo
y que me invada voraz su tumor.

Amar sin ser amada es un dislate,
es cantar al desamor y al gemido,
hacer oídos sordos donde late

el corazón que muerde descosido.
Hoy en el desahucio que me abate
siento el gamo, el asta y mi alarido.

Dolors Fernández Guerrero



Átame

Átame al metal de tu alambrada,
sacia con tu aliento mi sed de ti,
pues se enciende en esta madrugada
el recuerdo de lo que un día fui.

Fue tu voz de caracola encantada,
que al abrigo de las olas bebí,
fue tu cuerpo de montaña encumbrada,
desde cuya cima el mundo aprendí.

Y en la escarcha de mis sueños tu danza
alimenta con saña el deseo
que arremete contra mí y me lanza

a una certidumbre en la que no creo.
Por eso al alba reclamo venganza:
átame a tus besos de Morfeo.

La mosca

En mi decálogo de impertinencias
oso escupir palabras al relente
que rebotan justo ahí enfrente,
en el limbo de las indiferencias,

mientras tú, argucia en mano, silencias
zumbando el murmullo de la gente.
Y la rueda gira diente con diente
en el fragor de toscas vehemencias.

Con tu vuelo de mosca ambicionas,
allá en el Salón de los Espejos,
el linaje de las aves remolonas,

sin advertir que son solo reflejos
de mosca adherida a las poltronas,
succiones de carroña en sus bosquejos.