Archivo de la categoría: Divergentes

¿’El conflicto de los siglos’ con final feliz?*

Que un título tan sugerente como El conflicto de los siglos se use en un tratado religioso (apologético y casi bíblico con hojas transparentes como el papel de fumar) es un desperdicio tremendo. Al menos para los ateos y agnósticos recalcitrantes, admiradores de los títulos de rompe y rasga y, por supuesto, partidarios de la división de poderes y el estado laico. Pero que el libro en cuestión te lo regale un hombre voluntarioso en medio de un trayecto en el metro de Barcelona, mientras tú lees tranquilamente la primera novela publicada por Víctor del Árbol allá por el año 2006, una obra titulada El peso de los muertos, negra y tremendista hasta la extenuación, tiene una retranca con visos caricaturescos. Y es que el argumento esgrimido por el “regalador” fue que yo me lo merecía porque me gustaba leer. Y es cierto, me encanta, pero llegados a este extremo, cabe reflexionar que no todos los libros son del mismo pelaje ni tienen parangón entre sí, ni todo el monte es orégano ni es plan de ir rogando y con el mazo dando, cuando de lecturas se trata. Y por si esto aún fuera poco, debo añadir que en última instancia los libros, en su inmensa variabilidad temática, de intención e inteligencia, arrojan influjos muy diversos a las ondas cerebrales del lector y que a menudo estos mensajes son incompatibles entre sí. Tanto, que de ninguna manera podemos comparar el ascendente de una obra de apostolado anticatólica pero de raigambre cristiana como la que el azar puso entre mis manos, con una novela que describe la violencia de estado, a personajes psicópatas que perpetran impunemente sus crímenes y el horror generalizado de una sociedad en crisis durante la ciénaga posfranquista de la España de los años setenta, en los prolegómenos de la tan cacareada “transición”. Ni Albert Camus reencarnado podría superarlo.


Seguir leyendo ¿’El conflicto de los siglos’ con final feliz?*

Víctor Molev, un ilusionista del pincel

Los retratos de Víctor Molev me parecen pinturas fabulosas. Y digo “fabulosas” en sus dos acepciones: aludiendo a lo extraordinario pero también relacionándolo con un mundo de fábula, irreal, solo posible en nuestra fantasía o en nuestros sueños. También se podría hablar de pintura surrealista, con una simbiosis sorprendente entre lo imposible por onírico, y lo real y cotidiano. Y entonces -¿cómo no?- me viene a la mente el genio de Cadaqués, Salvador Dalí.
Con Víctor Molev se tiene la oportunidad de admirar pinturas de gran riqueza en fondo y forma. Y eso me maravilla. Su belleza plástica y cromática es de una ampulosa armonía e insta a investigar el cómo y el porqué de su forma, nada convencional y sumamente creativa. Se trata de formas constituida por diferentes elementos de naturaleza humana, animal y paisajística en perfecta mezcolanza. En esta intrincada visión todas sus partes logran aliarse hasta crear una imagen de conjunto hermosa en sí misma. Seguir leyendo Víctor Molev, un ilusionista del pincel

Odd Nerdrum, ángeles caídos

OddNerdrum-4Hace algunos días fui al Museo Europeo de Arte Moderno (MEAM) de Barcelona. La oferta era tentadora: concierto de guitarra clásica, merienda y visita libre a la exposición temporal del recinto.
La actuación fue sobre ruedas. El concierto, a cargo de un excelente guitarrista, deleitó al público con piezas de música cubana. Además, no faltaron obras de Isaac Albéniz y Joaquín Rodrigo. Del primero el músico escogió unas raras jotas que nunca antes había escuchado y del segundo –cómo no− un fragmento de su maravilloso Concierto de Aranjuez. Por añadidura, los organizadores decidieron endulzar la velada con té o café y galletas. De ese modo atraían a un auditorio más amplio, incitado por la perspectiva de combinar los sentidos del oído y el gusto en un mismo evento. Seguir leyendo Odd Nerdrum, ángeles caídos

Nicolás Flamel o la piedra filosofal

Nicolás FlamelNicolás Flamel alcanzó la fama en su tiempo y con él su esposa Perenelle. El matrimonio que de otro modo habría tenido pocas probabilidades de hacerse un hueco en la memoria colectiva, es protagonista, sin embargo, de una leyenda increíble que habla de riquezas e inmortalidad.
Todo empezó hacia 1355 con un libro misterioso. Según unos lo compró por casualidad; otros dicen que se lo regaló un desconocido; incluso hay fuentes que aseguran que un ángel se lo entregó mientras soñaba.
A pesar de su dudosa procedencia el libro en cuestión parece que se trataría de un grimorio alquímico que mantuvo ocupado a Flamel durante más de 20 años. Fue un proceso largo y difícil el que hubo de recorrer, un camino de perfección. Esta experiencia vital la describe extensamente Flamel en su Libro de las figuras jeroglíficas. Seguir leyendo Nicolás Flamel o la piedra filosofal

Ferdinand de Cheval o el sueño de un loco

250px-Ferdinand_ChevalLa ignorancia es atrevida. Un hombre sin conocimientos de arquitectura diseña y erige un castillo. Emplea media vida para hacerlo, con un esfuerzo sobrehumano. Dos razones para tildarlo de loco. Todos lo haríamos. Pero lo curioso del caso es que, contradiciendo al sentido común, lo consigue. Construye un castillo magnífico, indefinible en su estilo -él solo- para yacer gloriosamente por toda la eternidad. Y como las autoridades no le permiten que su obra se convierta en túmulo funerario, hace un reajuste en su proyecto: se construye un mausoleo dentro de un cementerio.
Entonces su locura se convierte en proeza. Atrae la atención de poetas y pintores de renombre. Seguir leyendo Ferdinand de Cheval o el sueño de un loco