“Ser responsable de tus actos, día a día,
te hará vivir plenamente. No serlo te llevará
por el camino de una cobaya, que solo
reacciona a estímulos externos. ¡Vive!”
Viki Morandeira
-Sí, es preciosa.-¡Mamá, mamá, mira qué cobaya tan bonita!
-Mamá, me está mirando. ¿Has visto cómo me mira?
-Es un animal curioso, lo mira todo.
-Mamá, otra vez. ¿Lo has visto, lo has visto?
-Sí, pero tenemos que irnos. Venga, dile adiós a la cobaya.
-Mamá, ¡es que es tan bonita..!
-Venga, que el metro está a punto de llegar.
-Mamá, yo quiero una. ¿Me la compraráaaaas?
-Ya veremos, Dani. Ahora hay que ir a casa.
-Pues yo quiero una como esa, negra y suave.
El vagón del metro engulló la última palabra del niño. Se llevó a un lugar desconocido su entusiasmo y su voz infantil. Mientras, la cobaya husmeaba el ambiente y movía el hocico haciendo vibrar el aire con las antenas de sus bigotes.
A pesar de su naturaleza animal, comprendía la admiración que había despertado. Recordaba cómo él mismo podía haber protagonizado una escena parecida tansolo unos días atrás. Y sonrió arrellanándose confortablemente sobre el regazo de su dueña. Seguir leyendo El niño que no sabía correr