La laberíntica odisea del ‘Ulises’ de Joyce

Decálogo de libros del 1 al 10, realizado en diez días (sin que el orden denote prelación), que intenta recordar, comentar, destacar aspectos esenciales de algunas de las obras literarias que han sido decisivas para mí. En tiempos de pandemia los libros nos salvan de la vida. La elección está sujeta a razones subjetivas y, por supuesto, injustas, como en cualquier selección. Por el camino quedan obras memorables, autores capitales que no pueden ser contenidos en este decálogo de lecturas, tan reducido como su nombre indica.

DÍA 10: Ulises, de James Joyce

Hoy, décimo y último día de este sucinto muestrario de libros importantes en mi vida, quiero dedicarlo a la magna obra de James Joyce, su Ulises. Por el camino quedan grandes autores y muchas obras imprescindibles, extraordinarias. Lo siento, pero el requisito numérico me ha obligado a elegir y eso siempre encierra en sí mismo un acto de injusticia. En este caso carece de importancia, pues solo planteo mis opiniones personales. Tan solo se trata de un esbozo sobre gustos y lecturas, nada más.
Decir que el Ulises es un hito de la narrativa, publicado en París porque en ninguno de los países anglófonos querían correr ese riesgo, es uno de esos tópicos que se repite hasta la saciedad, y que realmente dice muy poco de esta novela densa, larga, compleja y experimental. De eso hace casi cien años, pues corría 1922 cuando el Ulises en su totalidad vio la luz por vez primera. Eso sí, algunos de sus capítulos sueltos ya habían aparecido anteriormente en diferentes publicaciones, y no sin escándalo.


En esencia, el argumento que utiliza Joyce es muy simple. En su Ulises se narran las peripecias vitales de Leopold Bloom en Dublín durante un solo día de su existencia, un 16 de junio de 1904. La analogía con la Odisea de Homero se evidencia en la elección del título y se repite luego en el nombre de los diferentes capítulos en que Joyce divide la novela. A partir de aquí, cualquier semejanza con el clásico griego es absolutamente casual. La obra de Joyce discurre por las diferentes técnicas narrativas, mediante un lenguaje forzado y llevado al límite y bajo un prisma hiperrealista que prescinde de las convenciones conocidas del género.
El volumen que yo he leído es una traducción de Francisco García Tortosa y Mª Luisa Venegas Lagüéns, en edición del mismo Francisco García Tortosa, cuya introducción es una valiosísima ayuda para navegar por el proceloso mar del Ulises.
A pesar de todo, no olvidemos que el impresionante edificio narrativo que Joyce construye está considerado por muchos críticos como la mejor obra en lengua inglesa del siglo XX y, sin duda, la más influyente de todo el siglo en muchos sentidos.
A partir de aquí, como digo en uno de mis artículos publicados sobre el tema: ¿quién teme al Ulises de Joyce? Los dublineses desde luego que no, que por algo, cada 16 de junio, celebran el “Bloomsday”, en homenaje a la novela que les inmortalizó literariamente. Y yo me pregunto: ¿se lo habrán leído?

Si os interesa el tema, aquí tenéis dos artículos sobre el Ulises en este mismo blog:

http://xn--despeaverbos-ehb.es/

-“¿Quién teme al ‘Ulises’ de Joyce?”: http://despeñaverbos.es/revista-nagari-quien-teme-al-ulises…
-“La memoria en el Ulises”: http://despeñaverbos.es/la-memoria-en-el-ulises-de-joyce

(Ulises, Ed. Cátedra, Col. Letras Universales. Madrid, 2013. Traducción de Francisco García Tortosa y Mª Luisa Venegas Lagüéns, con edición e introducción de Francisco García Tortosa)