De ‘El amante’ a la amada, sordidez y ternura

Decálogo de libros del 1 al 10, realizado en diez días (sin que el orden denote prelación), que intenta recordar, comentar, destacar aspectos esenciales de algunas de las obras literarias que han sido decisivas para mí. En tiempos de pandemia los libros nos salvan de la vida. La elección está sujeta a razones subjetivas y, por supuesto, injustas, como en cualquier selección. Por el camino quedan obras memorables, autores capitales que no pueden ser contenidos en este decálogo de lecturas, tan reducido como su nombre indica.

LIBRO 9: El amante, de Marguerite Duras

Para mí, la relación entre el amantey el amado es el tema de este hermosísimo libro de Marguerite Duras, la gran escritora francesa. Si recurrimos a las reflexiones sobre el amor que Platón plasma en sus diálogos, existe una diferencia capital entre el que ama y se esfuerza por satisfacer al otro ‒el “amante”‒ y el que recibe las dádivas y ese amor desinteresado ‒el “amado”‒. También según Platón, vive la relación con más plenitud el “amante” que el “amado”. Y en este sentido, creo que El amante de Marguerite Duras describe y ejemplifica a la perfección esas cualidades de la relación amorosa.

Me sobrecoge de este libro la desnudez con que se presenta la relación de los protagonistas, donde el amante, un joven chino, colma de placer sexual a la amada, una adolescente francesa, sin que ella parezca inmutarse.

La relación es furtiva e inmoral según los cánones de la época, y el interés económico media desde el principio como una espada de Damocles que se acaba cerniendo sobre el propio “amante”. Los sentimientos de sus protagonistas, larvados, decantados con morosidad en esta obra, contrastan con la voluptuosidad de las escenas, de alto voltaje erótico. El trasfondo es una Indochina de principios del siglo XX, llena de racismo y prejuicios sociales, a través de la cual se vislumbran otros temas, como las relaciones familiares, en este caso, tóxicas.

El estilo conciso y la bella prosa poética empleada por Marguerite Duras en esta novela corta, narrada en primera persona y en presente, fue merecedora del Premio Goncourt 1984 y, contra todo pronóstico, representó una conmoción en el panorama literario de la época.

A través de la sexualidad el lector se va adentrando en los vericuetos del alma del amante y de la amada. La impudicia, la sinceridad desgarrada con que se explica la relación estremece al lector y deja un profundo poso de tristeza y, al mismo tiempo, de ternura.

 (El amante, Ed. Círculo de Lectores. Barcelona, 1989)