En la noche del solsticio
se avientan almas perdidas,
arden lo justo y lo lícito,
resplandecen las mentiras.
Salomé en trono de fuego
nos reclama sus cenizas
y el balsámico recuerdo
cauteriza las heridas.
Llamaradas de solsticio,
te invocamos, es tu día,
y el próximo nombre dinos
de nuestra Reina maldita.
(Poema incluido en la novela en proceso, Barcelona, el solsticio, de Dolors Fernández Guerrero)