Advertencia

Nada alimenta más
que un beso de tu boca,
delicado debacle de la cercanía
y a poco me sabe, sin embargo,
en este refugio solitario
que te invoca.

Si con ligereza rodeas mi talle,
absurdo será mi deseo
cuando pasee por la calle
y te busque
y no te vea,
aunque te sienta
a cada instante.

Lo sé y lo creo.
Hay un tigre agazapado
tras alguna esquina
que espera su momento.
Habré yo de asaltarlo
y enseñarle las mil formas del amor
que se cernirán sobre él
si vuelves a besarme.

Dolors Fernández Guerrero