A ese tigre

A ese tigre rayado de espino,
−eléctrico temblor en cada abrazo−
regalo sin aliento mi regazo,
pasión quebrada en el cristal del vino.

Y sé que me disuelvo en un retazo
inútil de su piel donde adivino
su voz, geometría sin destino,
triángulo armado en un pedazo.

Ser náufrago en un tiempo sin fluido,
viajar con este tigre que delata
el ansia mientras roe al vencido,

robarle al silencio el tiempo perdido,
nadar y perder la ropa que ata
el loco desamor a su rugido.

Dolors Fernández Guerrero