Digamos que, de entrada, un título como Yo, charnego es toda una osadía, por su honestidad y por lo que representa de afirmativo y sustantivo. Si añadimos que se trata de una publicación salida de la imprenta en pleno 2020 con el foco puesto en Cataluña, la audacia aún es mayor. De ahí su valor de revulsivo, con lo que ello comporta, en ocasiones reacciones desproporcionadas y con tintes agresivos, para desgracia de quien lo firma, Javier López Menacho. Lamentable, por supuesto, pero en una secuencia lógica, nada sorprendente. Es lo que tiene poner sobre la mesa sin tapujos el gran tabú de la sociedad catalana, cuidadosamente disimulado en las últimas décadas.
Desde las definiciones más académicas de charnego como «inmigrante en Cataluña procedente de una región española de habla no catalana», hasta las opiniones vertidas por Jordi Pujol, en las que califica al hombre andaluz de «poco hecho, ignorante, anárquico», capaz incluso de «destruir Cataluña», López Menacho analiza pormenorizadamente el estado de la cuestión, reflexionando sobre la condición de charnego, su evolución e integración en la sociedad catalana, y sus distintas significaciones hoy en día.