África

africaFue un batir de alas relampagueante, como el amanecer en el desierto, un desfallecer entre dunas. Sus gritos acunaban el temblor de su cuerpo, de sus piernas abiertas. Se nubló su visión mientras calientes ríos descendían de su sexo mutilado. Su madre y las otras mujeres del poblado habían cumplido su misión. La habían purificado. Atrás quedó la inocencia de la niñez. La niña oscura de África empieza muy pronto a pagar su tributo de mujer.