Retales

Mojar el alma con las gotas rezagadas del día de ayer.
Ver el arcoíris reflejado en cada comisura de mi cuerpo
y dejar a la tenaza de la vida
rematando los retales incorpóreos del dolor.
Un corte de mangas tenaz.
Caer y dormir.
No más pasos en falso
que conviertan las aristas en cantos rodados.
Lejos, muy lejos.
Más allá del río mojaré mi boca con el agua fresca.
Al fondo, escondida, se verá mi cueva,
mi amada Barcelona hecha de suelo.
Dormir sin volverme hacia ningún lugar.
Sola, blanda, perfecta.
Pura estalactita calcárea,
óbolo del día que miré atrás
para convertirme en simple estatua de sal.
Pura y libre al fin.