Cuando la disolución de una familia se convierte en un tabú, una corazonada y un destino.
The Sound and the Fury (1929), de William Faulkner, es una novela traducida al español de dos formas: El sonido y la furia y El ruido y la furia.
Que es una obra cumbre de la literatura norteamericana lo avalan muchas cuestiones de forma y de fondo, empezando por la técnica narrativa empleada: multiperspectivismo (cuatro narradores distintos) y el extraordinario uso del monólogo interior.
Temáticamente, por la franqueza con que se representa el sur de EE.UU. con todas sus tensiones (pobreza, tradicionalismo, racismo) al margen de prejuicios esnobistas o pusilánimes.
Y, muy importante, por el tratamiento de los personajes, atreviéndose a ahondar en psicologías complejas, en traumas profundos, en desviaciones de la conducta, incluso penetrando en la mente de uno de ellos, Benjy, un miembro de la familia protagonista con una deficiencia psíquica importante. Todo ello con admirable destreza y sensibilidad.
Por último, no olvidemos el premio Nobel concedido en 1949 al conjunto de la obra de Faulkner.
Cuando la sombra del marco de la ventana apareció en las cortinas eran entre las siete y las ocho y entonces me encontré de nuevo en el interior del tiempo oyendo el reloj. Era el del abuelo y cuando mi padre me lo dio (…) Te lo doy, no para que recuerdes el tiempo, sino para que consigas olvidarlo de vez en cuando durante un momento y no malgastes todo tu aliento intentando conquistarlo.