Decálogo de libros del 1 al 10, realizado en diez días (sin que el orden denote prelación), que intenta recordar, comentar, destacar aspectos esenciales de algunas de las obras literarias que han sido decisivas para mí. En tiempos de pandemia los libros nos salvan de la vida. La elección está sujeta a razones subjetivas y, por supuesto, injustas, como en cualquier selección. Por el camino quedan obras memorables, autores capitales que no pueden ser contenidos en este decálogo de lecturas, tan reducido como su nombre indica.
DÍA 5: El túnel, de Ernesto Sábato
Ernesto Sábato fue un autor que descubrí en la Universidad Central de Barcelona, en las clases de Literatura Hispanoamericana que impartía el profesor Joaquín Marco.
La obra de Sábato tiene un punto de delirio, un pacto implícito con la locura que, en su transfiguración literaria, dilucida de un modo apasionante las zonas más oscuras de su protagonista.
El túnel, escrito en 1948, es una obra neorrealista, existencialista en grado sumo, sorprendente, claustrofóbica ‒como su nombre indica‒, y que ha ejercido una influencia enorme en autores de la talla de Graham Greene o Albert Camus. En su momento creó un paradigma narrativo, al que muchos después no han podido sustraerse.
Me encanta la novela corta por la densidad e intensidad que aporta a las historias. Los “túneles” pueden ser diversos, todos ellos alienantes. Y en las circunstancias actuales, los veo por doquier…