‘Rimas y leyendas’, ensoñación y misterio en Bécquer

Decálogo de libros del 1 al 10, realizado en diez días (sin que el orden denote prelación), que intenta recordar, comentar, destacar aspectos esenciales de algunas de las obras literarias que han sido decisivas para mí. En tiempos de pandemia los libros nos salvan de la vida. La elección está sujeta a razones subjetivas y, por supuesto, injustas, como en cualquier selección. Por el camino quedan obras memorables, autores capitales que no pueden ser contenidos en este decálogo de lecturas, tan reducido como su nombre indica.

DÍA 4: Rimas y leyendas, de Gustavo Adolfo Bécquer

Uno de los primeros libros de poesía que me maravilló fue Rimas y leyendas de Bécquer. Me lo regaló mi hermana mayor, siempre tan atenta a mis aficiones literarias. El ejemplar de la foto es delicado, no solo por el contenido, sino porque la mayoría de sus hojas están sueltas y hay que abrirlo con mucho cuidado. También puede ocurrir que se caigan los pétalos de rosa secos, guardados ahí desde hace muchos años.
La belleza puede tomar diferentes formas, y en el caso de la poesía y los relatos de Bécquer bebe de la soledad, del abandono, de la ensoñación, del misterio, incluso del dolor en su vertiente más melancólica. De este libro me cautivó su cualidad sensitiva, su musicalidad, su recreación de paisajes interiores y exteriores.
Entre mis favoritos, este poema, leído y aprendido por vez primera en los libros de texto del colegio: “Del salón en el ángulo oscuro”.

“Del salón en el ángulo óscuro,

de su dueño tal vez olvidada,

silenciosa y cubierta de polvo

veíase el arpa.”

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,

como el pájaro duerme en las ramas,

esperando la mano de nieve

que sabe arrancarlas!

‒¡Ay! ‒pensé‒. ¡Cuántas veces el genio

así duerme en el fondo del alma,

y una voz, como Lázaro, espera

que le diga: «¡Levántate y anda!»”

(“Rima VII” de Rimas y leyendas, Ed. Espasa-Calpe, Col. Austral. México, 1981)