Habitada

Si la luz me deshabita ante tus ojos,
ni siquiera existirá el olvido.
Porque vienes
de donde el imán del mundo ejerce su poder
y vas adonde el alba es luminaria,
donde la maraña reticular del fondo del cielo
brilla en la noche.
Bésame
con la gravedad de los cuerpos celestes
y haz de mí un sol amasado de fuego.
Mastica el aroma de mis poros
y entonces yo
me elevaré sobre mi propia carne
para rescatarnos en el recuerdo.