Querido amigo,
Quiero contarte que hoy me siento afortunada. Soy consciente de que si mi corazón late es porque otros han latido mucho antes, y con su savia un día me dieron la vida. Todos dependemos de los demás, y al relacionarnos nos necesitamos. Ese es el sentido de nuestra existencia: tenernos los unos a los otros.
Tú, como yo, podemos mirar por la ventana, ver o imaginar cómo al árbol podado hace unos meses le brotan ahora hojas verdes, y estas hojas serán el principio de una copa frondosa. Yo, que así lo veo, sé que cuando llegue el verano ese mismo árbol, repleto de hojas, nos dará sombra. Y la calle entonces verá pasar a niños en bicicleta, en patinete, en patines; a padres afanosos; a adolescentes despistados; a personas que caminan deprisa o despacio. La vida, entonces, será más real y menos silenciosa.
Esperemos la llegada del verano, del buen tiempo, del amor y del jazmín en flor. En la entrada de casa tengo uno tan hermoso…
Hoy quiero que lo sepas. Para mí la “vida” son esas pequeñas cosas: una maravilla de la creación.
Un abrazo,