La sonrisa de Joker

Morí antes de nacer,
antes de conocerte, vida,
y mi sepulcro fue el aire que hinchó mis pulmones,
mi mortaja los sólidos brazos que amortiguaron mi caída
y mi llanto el réquiem sin fin que solo vence tu sueño,
el sueño de soñarte, maldita.

Por eso mis reencuentros con la muerte
se afanan por permanecer día a día,
en ese túnel estrecho y hosco
que cubre tantos lapsos de tiempo,
vencidos y abstrusos,
que me finiquitan con ansia desmedida.

Yo no entiendo el júbilo de tenerte,
cuando lo unico cierto es que, obligados, latimos
en un sinsentido que se llama vida.

Macabro sarcasmo
que nos refleja
en el espejo antipático del otro,
para que contemplemos, aterrados,
en los labios de algún Joker,
sonriente y desfigurado,
el trazo ufano de una vía sin salida.