El resuello

Ando buscando por ahí
la sombra alargada
de un padre amoroso,
sin caer, y no es baladí,
que esos ojos como espadas
son mi sino sin retorno.

Huérfana, con el dolor
de mi niñez te busco,
con la vista opaca del ciprés,
con el lento caminar del miedo,
con la errada costumbre
que destila su cruel veneno.

Sé y entiendo
que tu mano amada
jamás recogerá mis dedos,
que ese beso de ángel que sueño
no será para mí,
sino sólo un resuello en mi cuerpo.

Y por fin el anhelo que sentí
descorchará, sereno,
mis párpados de acero.
Burbujeará sobre mi pecho
arrasando en silencio
lo que sin ti no siento.

Habrá un momento de llanto,
el frío de la clausura
y una ventolera de espanto.
Me quedo con la bruma,
en lontananza mi bandera,
en este compás de espera.