Decálogo de libros del 1 al 10, realizado en diez días (sin que el orden denote prelación), que intenta recordar, comentar, destacar aspectos esenciales de algunas de las obras literarias que han sido decisivas para mí. En tiempos de pandemia los libros nos salvan de la vida. La elección está sujeta a razones subjetivas y, por supuesto, injustas, como en cualquier selección. Por el camino quedan obras memorables, autores capitales que no pueden ser contenidos en este decálogo de lecturas, tan reducido como su nombre indica.
DÍA 7: La Regenta, de Leopoldo Alas Clarín
De todas las novelas realistas y naturalistas que he leído ‒y han sido muchas‒ sin lugar a dudas La Regenta es la que más me admira.
Sé que es arriesgado decirlo, porque en esa lista hay nombres tan insignes como Stendhal, Flaubert, Zola, Pérez Galdós, Tolstói y muchos más.
Siempre diré que le debemos mucho a los autores realistas decimonónicos: nadie como ellos para retratar la psicología humana (la femenina, particularmente bien), para crear ambientaciones, para diseccionar la sociedad de su tiempo, para dilatar sabiamente el tiempo narrativo. Sin su impulso, sin su pericia, la novela de hoy no sería lo que es.
En este libro, editado y prologado por Mariano Baquero, descubrí y disfruté de la historia de Vetusta, la ciudad de La Regenta. La maestría con que Clarín nos la presenta, hace que sus setecientas y pico páginas sepan a poco.
(La Regenta, Ed. Espasa-Calpe, Col. Selecciones Austral. Madrid, 1984)