Las nubes

Las nubes no dejan estelas en el cielo
ni encienden hogueras en la noche.
Solo son cúmulos gaseosos
en los que intentamos,
mansamente, adivinar iconos.
Soñamos con su pureza,
blanca y mullida,
pero solo atisbamos, a veces,
en la piel, su humedad, su tacto de agua.
Nos esponjamos
en ese calabobos sereno
y nos alzamos con algo cierto,
con la llovizna de la tarde,
con su destilado aroma de amor eterno.