Libación

Tamara-de-Lempicka-12-668x1024Solo la tela de la mosquitera se interponía ante mi mirada. Una boca te succionaba, como en un ritual de libación.  Sentí la turbulencia de tus pezones erectos pero no pude seguir profanando tu secreto a través de la puerta entreabierta y me marché. Los jadeos que arqueaban vuestras pelvis me acompañaron por el pasillo en silencio, amartillándome. Ahora la noche ha vencido mis sombras y solo me trae los gemidos del grillo. Duermes tranquila, lejana, tan ajena a mi deseo.