Hoy, 22 de noviembre, se nos va el artista cubano Pablo Milanés, con su voz, su guitarra y su poesía, a lugares ignotos, donde la belleza no tiene fecha de caducidad ni parámetros obsolescentes. Seguro que descansará en paz.
Algún día me gustaría que nos reencontráramos, maestro, que este mundo, esta “vida loca” como diría tu compatriota Francisco Céspedes, a veces me viene grande. Mientras tanto, permíteme este poema, humilde pero sincero.
A Pablo Milanés
No sé cuándo fue
pero escuchaba a Pablo Milanés.
Anochecía en la cocina
mientras ungía guisos
bajo el palio de la campana extractora.
La encimera me prestaba su calor.Ya no recuerdo
colores, aromas,
el sabor de posibles humedales.
En cambio, sé
que el tiempo
hervía en ollas a fuego lento.Pablo Milanés cantaba
a Yolanda, aquella mujer,
y era el momento
quien mecía
mi mano adulterada
por una cuchara de madera.Sí, recuerdo que Pablo
amaba a Yolanda
y que ella le colmaba.
Aún guardo su tacto
grave, cálido
entre mis dedos.Hoy mi mano
“A Pablo milanés”, poema extraído de “mi corazón mordido por tus labios”, de Dolors fernández guerrero
desea regresar con Pablo
a la epifanía de su voz.