¿Qué hombre feliz
sopesa y calibra
su plenitud escueta
y en los platillos de la balanza
observa, mide y pesa?
Un perfil escurridizo
es ser feliz,
el que se asoma a tientas
por las rendijas,
perdiéndose a cada paso
entre algaradas y risas.
Paradoja y vida,
pura ilusión,
y en el punto de mira
una bifurcación de caminos:
el de vuelta y el de ida.
Es así como las noches llenas de ráfagas
se suman a nuestros días
en un camino dual que nunca acaba.
Desoyendo a Dios en pos de la razón
ha quedado sin criterio nuestra conciencia
como un niño perdido en una gran feria. Seguir leyendo Felicidad versus plenitud